
Siempre tuve atracción por coleccionar piedras (no preciosas ni semi preciosas) sino de esas comunes que por alguna misteriosa razón uno elige y guarda.
Por eso siempre estoy buscando rocas o piedritas en el camino o en los rios, tomando como criterios de selección tanto su extraña forma, sus betas, brillos de mica o colores raros.
Recuerdo que en un viaje a Necochea me enamoré de sus piedras perforadas con orificios de perfecta circunferencia, como si las hubieran troquelado con una perforadora marítima, y sin embargo manteniendo sus bordes irregulares.
Esas piedras de la costa atlántica se sumaron a caracolitos, conchas, almejas, corales y algas secas adheridas a piedras tomadas prestadas del mar, así como variadas piedras de nuestros ríos.
En mi reciente viaje a San Marcos Sierras (pueblo -ciudad envuelta en un halo de duendes, hadas y hippies), me topé con una piedra perfectamente triangular en el camino de los duendes (un túnel natural formado por el ramaje de los árboles).
No sabía que las tribus de los indios, por ejemplo, les daban mucha importancia a la
forma de la piedra pues creían que en la forma residía su magia.
Sondeando al respecto con el gurú de la tribu virtual de nuestra época: es decir “el google”, encontré el
significado de las piedras cuyas formas no fueron dadas por la mano del hombre sino por la naturaleza.
Así me entere que la energía de las piedras triangulares es protectora y se usan con este propósito, si son colocadas en las ventanas de las casas protegerán el hogar.
Lo extraño del caso es que sin saber de estos atributos, mientras cargaba con la piedra en mi mano, una turista se sumo al grupo ya que entendió que la piedra era un arma de defensa, y dedujo que el lugar podía llegar a ser peligroso … es decir que, sin remontarse a la época de los indios, interpretó correctamente las bondades protectores de la roca en mi poder.
Esta experiencia sirvió para demostrar que no siempre uno tropieza con la misma piedra (siempre y cuando uno se convierta en un buen observador del camino), y que incluso en las futuras piedras que encontremos a nuestro paso, también podemos hallar la magia en sus nuevas formas.