sábado, 19 de septiembre de 2009

Publicidades burlonas


He notado que las imágenes publicitarias que se exhiben como cuadros-collage-luminosos en centros odontológicos, estéticos o gimnasios retienen mi atención por largo rato, pero no por fascinación sino porque trato de entender si me envían un mensaje agradable o irónico, si me invitan o me excluyen.
En todas aparecen personas felices, jóvenes, bellas, en familia, con esculturales cuerpos, rodeadas de bolsas de compras, mar y playa, y sobre todo amplias sonrisas y una mirada de “tenelo, vos podes quedar así”.
Sin embargo, el colorido de los carteles se me vuelve monocromático cuando el mensaje suena burlón, como cuando espero ser atendida por el dentista y escucho el torno de fondo, en ese momento las publicidades de rostros de sonrisa inmaculada adquieren un tinte siniestro, como que me dicen: “Sos la próxima en entrar a la sala del horror y aun así, a pesar de la picana-torno, tus dientes nunca van a quedar así de resplandecientes y simétricos como los que te muestro desde esta foto”. O en el gym, el cuadro de la chica de la playa cuya bikini delinea su perfecta silueta con el mar de fondo, mientras uno se mata en la cinta sin llegar a ningún lado, ni siquiera a pulir tus cuervas cóncavas para volverlas convexas.
Todas son imágenes que prometen miles de beneficios y confort pero cuyo trasfondo no siempre es tan claro como el neón que enciende sus promesas visuales.

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