miércoles, 17 de junio de 2009

Turismo de Misterios


En Córdoba no sólo se puede elegir entre turismo religioso, turismo de aventura o turismo rural, porque Córdoba no es sólo una antigüa ciudad de iglesias, sierras y campos, también puede considerarse como un centro turístico de misterios, donde las supersticiones, mitos, leyendas y fantasmas del imaginario popular se extienden más allá de los siglos y de los desarrollos tecnológicos-urbanísticos.
La vieja sospecha de que esta ciudad contaba con un entramado clandestino de túneles que conectaban iglesias y conventos con fines varios (santos y non santos) llegó a ver la luz en descubrimientos puntuales como las celdas-sótano del cabildo histórico o la cripta jesuítica subterránea del Noviciado Viejo, que hoy dejan respirar la historia a través de la humedad de sus paredes.
De las tierras cordobesas de donde afloran secretos de la arquitectura enterrada, también emergen historias de amor que parecen querer enviar sus mensajes desde el más allá. La tumba en cuestión se encuentra en el cementerio San Jerónimo y es la del mausoleo de María Teresa Torres Cabrera de Del Viso. Cuenta la leyenda que Teresa y Del Viso se habían jurado amor eterno, el cual quedó manifestado en la placa de granito que llevaba por firma: “Tu dolorido esposo”, pero como el viudo no guardó luto por mucho tiempo, la placa se partió inexplicablemente formando la frase: “Tu dolor-ido esposo”; fue ante la cuarta vez en que la misma se quebró cuando el marido, tal vez por el peso de su culpa, decidió sacarla definitivamente del camposanto.
Este recorrido místico parece querer hundirnos en las raíces no sólo de la historia bajo tierra y de las ánimas en pena, sino también en la teoría intraterrestre, la cual habla de una ciudad oculta en el cerro Uritorco, conocida como Erks, en cuyo interior se encontraría el Templo de los tres espejos, a través de los cuales habría un intercambio cósmico de datos con todas las galaxias; en las entrañas de ese submundo vivirían los guardianes de nuestra civilización. Ya para los aborígenes comechingones el Uritorco era sagrado porque desde allí los espíritus de los ancestros se hacían visibles en formas de esferas de luz que aquellos antepasados contemplaban extasiados.
Córdoba, la mediterránea, encierra muchos más mitos y leyendas que se niegan a quedar enterradas en el olvido, y remueven las tierras del pasado para ver la luz a través de la mirada sorprendida y curiosa de los ávidos turistas (locales y extranjeros) que vienen a asomarse en las profundidades de nuestra misteriosa historia.

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