miércoles, 31 de marzo de 2010

El Juego de la Asfixia



El examen oral de un curso que estoy haciendo tendía a evaluar la oratoria del alumno, sin embargo el tema que expuse fue tan novedoso e impactante para todos que la concentración se enfoco más en lo dicho que en la manera de decirlo, por eso decidí subirlo al blog.

Se trata del “juego de la asfixia”, que los niños o adolescentes también llaman: “crucero al más allá”, “el sueño americano” o “la ruleta de la sofocación”, este último nombre tal vez en alusión al juego suicida de la ruleta rusa.

La hazaña consiste en asfixiarse entre amigos al punto tal de llegar a un estado de desvanecimiento o desmayo, previo al cual el organismo siente un cosquilleo placentero semejante a un estado de euforia, embriaguez o alucinación.

Sin embargo tal sensación, producto de la no llegada del oxígeno al cerebro, se da por la muerte de las neuronas, por lo tanto esta droga natural producida por el organismo no es menos peligrosa que otras drogas que también matan las neuronas.

Aunque esta moda peligrosa la realizan entre 2 chicos, muchos solitarios apelan a encerrarse en lugares privados (placares o baños) en donde se ajustan al cuello una soga, hilo elastizado o corbata. Esto hace correr el riesgo de pasar de una daño cerebral, hemorragia en los ojos o convulsiones a directamente quebraduras por caídas en el desmayo hasta la muerte pasados los 3 minutos.

Quizás muchos casos caratulado como suicidios en adolescentes no hayan sido más que desafortunadas incursiones a este coqueteo con la muerte, tal vez por motivos de ir más allá de los límites establecidos (rebeldía de todo adolescente), por curiosidad, diversión o simplemente para pertenecer a un grupo o liderarlo.

Lo cierto es que los psicólogos recomiendan prestar especial atención a señas específicas que pueden indicar que los chicos están experimentando con estos juegos de alto riesgo, tales como: ojos inyectados de sangre, marcas en el cuello, vestir ropa de cuello alto (incluso cuando hace calor), mostrarse desorientados después de haber estado solos por cierto tiempo, encontrar elementos (como cuerdas, bufandas, cinturones, correas, collares o cuerdas elásticas) en lugares inexplicables de la casa.

Pareciera que las películas violentas y terroríficas como la de “El juego del miedo” ya no fueran suficientes para los chicos que quieren sentir en carne propia esas macabras sensaciones que pueden convertir la vida de los padres en una verdadera pesadilla.

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