martes, 2 de marzo de 2010

El triángulo de Vida.


Cuando hablamos de triángulos se nos viene a la mente desde figuras geométricas, el Triángulo de las Bermudas hasta triángulos amorosos; sin embargo hoy mi amiga Dámaris me enseñó de una nueva variable de esa palabra, que incluso puede llegar a salvar vidas.

Todo comenzó cuando me comentaba su experiencia durante el temblor del sábado 27 de febrero a la madrugada, en el octavo piso de su departamento céntrico, ahí salió el tema de la teoría del Triángulo de Vida.

Al principio me pareció una expresión entre mística y poética, pero al interiorizarme más también resultó ser algo interesante, sensato y útil en casos de temblores o terremotos, tan frecuentes hoy en día.

Según esa teoría (del especialista Doug Copp) cuando un edificio colapsa, el peso del techo cae sobre los objetos o muebles aplastándolos, pero queda un espacio vacío al lado de ellos, este espacio es el que llaman "Triángulo de vida".

Cuanto más grande, pesado y fuerte es el objeto menos se va a compactar, y cuanto menos se compacte mayor es el espacio vacío o agujero al lado del mismo, por lo tanto mayor es la posibilidad de que la persona que está usando ese espacio vacío no sea lastimada.

Por ejemplo, los hoteles tendrían mayor cantidad de sobrevivientes si se colocasen detrás de las puertas un cartel que diga expresamente que en caso de terremoto las personas deben acostarse al lado de la cama, sofá o mueble grande durante un terremoto.

También aconseja que si alguien está dentro de un coche, salga y se siente o acueste al lado del mismo, sea lo que sea que caiga sobre el auto, siempre dejará un espacio vacío a sus lados.

En oposición al consejo de refugiarse en el marco de las puertas, el especialista comenta en su informe que cualquier persona que se pare debajo de una puerta cuando un edificio colapsa puede morir porque si el marco de la puerta cede y se mueve hacia delante o hacia atrás, puede ser aplastado por el cielorraso o el marco también puede cortarlo por la mitad con su peso.

Por lo anterior se desprende que es mejor tener un buen marco teórico como opción donde resguardarnos en vez del marco de una puerta bajo el cual intentar refugiarse.

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