martes, 9 de junio de 2009

Caminata Lunar.


Quién de niño no recuerda haber entrado en el juego de la Caminata Lunar?: esa experiencia de decalzarnos y, luego de haber pasado por una fuerte ráfaga de aire, entrar con un blando tambaleo hacia su interior para hundirnos, rodar y divertirnos en la base de esa gigante esfera inflable, de techo inalcanzable y paredes transparentes desde donde nos miraban expectantes nuestros padres, mientras nosotros saltábamos, expelidos por ese colchón de aire, jugando dentro de ese mundo de fantasía. Era la época en que no existían los peloteros ni los castillos inflables, por entonces la caminata lunar era lo más original que se podía descubrir en plazas o parques; ese juego se convertía en una burbuja mágica desde la cual se traspasaba del mundo real al de la antigravedad, en donde se producía la alquimia en la que de ser niños pasábamos a convertirnos en personitas voladoras. Este nostálgico recuerdo lo traigo a colación para revivir ese rincón de nuestra infancia, airear un poco el alma y dejar salir a jugar, con la imaginación, al niño que duerme dentro nuestro, y va dedicado (según palabras de Lino Palacios):

"A los hombres que no tuvieron infancia;
a quienes, habiéndola tenido, la conservan como un tesoro;
a quienes la perdieron y la añoran;
a quienes la han olvidado, para que la recuerden;
a los niños que quieren ser grandes,
con el deseo de que no lleguen a serlo del todo;
y a los millones y millones que quisieran volver a ser niños"

2 comentarios:

  1. Recuerdo de niño.....Si pudiera volver el tiempo atras creo no cambiaria casi nada, jugue lo suficiente, mate pajaritos, hice barriletes que la mayoria no volaban, arme con mis amigos una balsa que pesaba 500 kg y cuando la terminamos nos dimos cuenta que no salia por la puerta del patio y tampoco teniamos donde usarla, jugaba al futbol todas las tardes hasta que mi MAMA me llamaba a tomar la leche despues de habernos comido todas las mandarinas que robabamos a Don Victorino, no existia la doble escolaridad y no teniamos plata para INGLES, ir a ingles era para lo ricos y no era mi caso, salia de la escuela abrazado con mis amigos, mi Mama me esperaba en la puerta, tiraba el portafolio de cuero marron(tener mochila era TOP), el guardapolvo y comer apurado para salir con mis amigos a conquistar castillos, descubrir tesoros. La pucha si fui FELIZ, muy Feliz. Solo cambiaria una cosa estaria mas tiempo con vos MAMA, mañana hace 3 años que me dejaste y el frio me llega al alma. Te amo vieja.

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  2. Creo que lo bueno de la niñez es poder recordar que nuestros padres ayudaron en mantener ciertas ilusiones o que colaboraron en nuestras horas de diversión acompañándonos en los juegos o inventándolos para vernos más felices. Aún hoy me acuerdo que en la calesita, cuando no estaba el “calesitero” con la famosa sortija (que consistía en una bocha de madera que poseía insertada una clavija metálica removible, que todos queríamos agarrar para lograr ganar una vuelta gratis), mi papá sacaba su manojo de llaves, que hacía las veces de sortija, y siempre dejaba que la ganara; o los entrañables “cocochitos” paseando sentada sobre sus hombros.
    Aunque nuestros padres ya no estén a nuestro lado, es bueno sentir que nos dejaron una buena base desde la cual nos edificamos como personas. Mientras la memoria recupere ciertos detalles de ellos y de lo que dejaron en su paso por nuestras vidas (en la etapa que fuere) siempre vamos a revivirlos, y estos relatos son la mejor manera de homenajearlos.

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