martes, 10 de noviembre de 2009

La crisis del oro blanco


Los reclamos por el agua son de lo más variados:

En las zonas urbanas la gente se queja por no poder llenar sus piletas para hacer más tolerables las altísimas temperaturas, no poder lavar la ropa ni regar el jardín.

En las zonas serranas, los bomberos reclaman por la poca agua para tratar de sofocar los continuos incendios.

Pero los casos extremos también se dan en la zona rural, principalmente en algunos campos del norte del departamento de San Justo, donde es desesperante ver la imagen de las vacas lecheras postradas y agonizando por sufrir la falta de agua.

Los tamberos emplean maquinarias para tratar de ponerlas de pie, pero son esqueletos vivientes de una provincia que se seca, tanto por la falta de agua tanto como por la de leche; por algo al agua y a la leche se las llaman "oro blanco", pues se valúan como tal, ya en Colonia 10 de Julio han muerto 30 vacas lecheras en muy poco tiempo.

Los incendios, la deforestación y la sequía son una plaga que dan un desolador panorama: ver las sierras negras en vez de verdes, observar los ríos que se convierten en caminos de tierra y piedra, sumándole la imagen de las vacas que dejan su osamenta en el campo, sembrando el paisaje de cuero y huesos, un manto de tristeza representada con manchas blancas y negras de lo que ya no se puede ni mantener en pie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario