martes, 17 de noviembre de 2009

S.O.S ARGENTINA


Ver la realidad en directo o a través de los medios de comunicación es desconcertante y decepcionante: pareciera que las personas exitosas, honestas y/o trabajadoras debieran dar explicaciones o pagar "multas" por serlo.

En esta Argentina tenemos que padecer continuos cortes de calles, puentes, rutas y servicios varios (desde atención médica en lugares públicos hasta para poder hacer trámites municipales, entre otros) y aún así debemos continuar sorteando todos esos obstáculos, sin amargarnos ni enfrentarnos a esos grupos que creen que tienen mas derechos de los que tienen la mayoría de los sufridos y resignados ciudadanos.

La clase media tiene que sucumbir a los piqueteros, a los gremialistas y/o sindicalistas revanchistas, a los paros repentinos de colectivos y a la asechante inseguridad que, agazapada a cualquier hora y en todos lados, amenaza con atacar hasta al más prevenido.

Con solo leer las noticias uno cae en la cuenta que parece ser una guerra desleal entre quienes debemos circular para poder vivir dignamente y quienes se están convirtiendo en “garitas de peaje” mafiosas y peligrosas que se quedan con tu derecho a la libre circulación, con tu paciencia, con tu dinero y a veces hasta con tu vida.

Salís y ya no se siente la seguridad y la tranquilidad de saber que se regresará: ya sea porque el caos en el tránsito te llevó por delante o porque a un menor de 15 años drogado no le gustó que te demoraras en entregarle lo tuyo, que parece ser suyo por derecho alucinógeno.

Lo triste es que ya no vale resguardarse en una casa hermética, un country o en las afueras de la ciudad … ya no hay lugar seguro que nos haga sentir a salvo.

Tengo la sensación de que quienes pertenecemos a la clase media trabajadora (la que siempre pagó los impuestos con los que se solventan los subsidios y los planes sociales) ahora nos convertimos en especies de cajeros automáticos del que se valen quienes están excluidos del deseo de ganarse la vida a base de esfuerzo y trabajo.

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