lunes, 19 de octubre de 2009

Entrevista escolar


Llegué a casa luego de un día laboral donde no pasó nada trascendente, de esos tantos días en que cuando llegas tu familia te pregunta ¿qué tal te fue?, ¿alguna novedad? y a todo decís que “NO”.

Sin embargo, recién una vecinita llamó a mi puerta, con una hoja tamaño Rivadavia en su mano, porque me había seleccionado como entrevistada para una tarea escolar.

El título del trabajo decía “entrevistar a una persona que tenga un trabajo interesante” y abajo decía “entrevista a la Srta. Erika”. Toda esa presentación incluía un cuestionario con cerca de 10 preguntas con el espacio en blanco de 5 renglones para cada una de ellas y las letras iniciales firuleteadas con lapicera con brillitos.

La seriedad mezcla timidez y solemnidad de mi entrevistadora me hizo actuar como una entrevistada – docente, que le iba respondiendo con tono pausado –al ritmo de un dictado- dejando la vorágine laboral de lado, midiendo el lenguaje complejo y acortando las ideas largas, nada difícil para quien debe abreviar avisos clasificados para que no excedan las 3 líneas, pero si acotado para una primer entrevista en la que uno quiere lucirse con descripciones que hagan ver interesante al trabajo frente a la clase.

Las preguntas técnicas siempre resultan las mas fáciles de responder (¿donde trabajas?, ¿que horarios haces?, ¿tenés compañeras de trabajo y jefe o jefa?, ¿cuánto tiempo llevas ahí?) pero las preguntas mas complejas son las abstractas que luego te pueden llevar a hacerte entrar en planteos existenciales (¿Por qué elegiste ese trabajo? ¿Te gusta lo que haces?).

Cuando el trabajo-tarea terminó, de seguro ambas nos sentimos realizadas, ella porque se sacó una tarea de encima y yo porque ya tenía ganas de firmar autógrafos. Qué increíble cómo la rutina se puede revalorizar cuando tenés que explicarle a un niño o a un extraño lo que hacés diariamente para vivir.

Después me quede pensando, a lo mejor la entrevista no era para ciencias sociales: “entrevistar a una persona que tenga un trabajo interesante”; sino para ciencias naturales: “busquen a un bicho raro que tenga un trabajo estable, que le guste hacer, que no se adhiera a paros, asambleas, marchas y contramarchas, y al que asista siempre por más heladas, resfríos y cortes de ruta o paros de colectivos se le crucen en el camino” … y si, siento que los pocos que cumplimos con ese perfil ya estamos en peligro de extinción, y por eso nos entrevistan.

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