viernes, 15 de enero de 2010

En busca de la catedral perdida



No estábamos en busca del arca perdida, como en Indiana Jones, sino de una simple lógica histórica: dónde estában la iglesia catedral y el cabildo que por lo general rodean a la plaza?.

Pensamos que quizás, por tratarse de la tierra del buen vino y del buen beber, todo cambia de lugar, siguiendo el razonamiento de un bebedor desorientado.

Sin embargo, encontramos una explicación más que interesante. Resulta ser que el sismo de 1861 derrumbó todos lo edificado en esa área fundacional medocina, tras lo cual sobrevinieron 3 dias de incendios (las viviendas rústicas y el combustible como único iluminador fueron como la pólvora y el fuego luego del sismo), 3 dias de inundaciones ya que las acequias habian quedado obstruídas por los escombros y luego sobrevinieron las epidemias sanitarias.

Esta serie de catástrofes obligaron a mudar la ciudad a otra zona lejos del epicentro del sismo. Así es que el nuevo resurgir de los escombros llevó a delinear una nueva ciudad de una manera totalmente diferente a la anterior, no se respetó el orden conservador-español de contornear la plaza principal con los edificios tradicionales, sino que se adoptó el modelo liberal-francés que tendía a descentralizar todo, por lo que la iglesia y el centro cívico quedaron ubicados a varias cuadras de la plaza Independencia, y en diferentes direcciones entre si.

Por lo que conocer tales construcciones se convierte en una especie de búsqueda del tesoro en Mendoza, que se compensa con un buen vino como premio.

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