viernes, 15 de enero de 2010

Memoria petrificada



La obra de arte que heredé de mi abuela Irma fué un cuadro del Puente del Inca que tengo colgado en la galería de casa. En este viaje a Mendoza pude conocer ese mismo paisaje sin lienzo de por medio. Alli si dejan un objeto debajo del agua, a los 20 días lo sacan hecho piedra, de un color marrón claro y con las marcas de las líneas del agua plasmados en él.
Por lo visto tanto mi abuela como la naturaleza son autoras de artesanías. Por que así como hay objetos que se solidifican en esas aguas, también hay recuerdos de las personas que se petrifican para siempre en las pinceladas de un paisaje plasmado en un cuadro.

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