domingo, 13 de septiembre de 2009

Cascada Salto la Estancita


Llegar a la Cascada Salto La Estancita (conformada por la caída en desnivel de 12 mts. del arroyo Salsipuedes) requiere transitar un sendero no señalizado ni urbanizado, donde el camino se hace al andar, generalmente zigzagueando el río, haciendo de equilibristas sobre las piedras del riachuelo de aguas transparentes, a los fines de encontrar un claro de playa en cada margen, como si uno buscara lianas invisibles que lleven a una parte del terreno que no estuviese bloqueado por paredes rocosas.
A la vuelta de cada recodo el paisaje regala paisajes de ensueño, con árboles que se reclinan cual semi puentes, ollas de agua verde, grietas entre las rocas que invitan a sus cuevas misteriosas, bosques de arbustos espinosos, una vegetación no afectada por incendios, sonidos de aves que se extienden en el eco de las sierras chicas, así como caballos, potrillos y vacas que se niegan a ceder el paso.
En caso de que la noche tome por sorpresa al paseante, el lugar se convierte en un paisaje donde reinan distintas tipos de luces, las de algunas fogatas de acampadores perdidos en el monte, las de las estrellas que parecen encenderse con distintas intensidades pero que dan las sensación de tenerlas al alcance de la mano y dos diminutas esferas luminosas de los animales silvestres que se asoman con curiosidad. Los sonidos se intensifican y el canto de las aves es reemplazado por el intenso croar de las ranas y otros sonidos que suenan extraños al odio de los citadinos.
Adentrarse en el seno de esa naturaleza es como ingresar en un túnel del tiempo donde los celulares pierden la señal, no se escucha sonido de tránsito ni siquiera remotamente lejano, se respira una suave brisa fresca, no se cuenta con más luz que la natural (o de las linternas cuando cae la noche) y aflora lo instintivo que remplaza la brújula o el GPS por la intuición y el sentido común, que no es más que saber escuchar el susurro de los ancestros que desde el murmullo del cristalino río guían los pasos del turista quien deambula extasiado de ver tanto paraíso terrenal.

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