miércoles, 30 de septiembre de 2009

El antojo de los sentidos


Cuando se comienza a hacer dieta, el momento de la comida se disfruta con los sentidos intensificados, como si se redescubrieran los sabores. En esa abstinencia de excesos y grasas, se cae en la cuenta que no sólo surgen antojos desde el sentido gustativo sino que con los otros también los hay; por ejemplo, el “antojo táctil” (¿quién no ha necesitado imperiosamente reventar los globitos de las planchas plásticas en las que vienen envueltos los aparatos electrónicos?), el “antojo olfativo” (¿quién no se marea aspirando insistentemente el perfume de las flores del árbol de paraíso o el de la flor del jazmín?), el “antojo de la vista” (se manifiesta en la necesidad de volver a mirar viejas fotos que no hace mucho ya habíamos repasado) o el “antojo auditivo” (escuchando ese tema musical que ya nuestro entorno se cansó de oír, en mi caso son “Verano traidor” de Vilma Palma o “The summer son” de Texas, que provocan el quejumbroso reclamo de “ooootra vez esos temas!?”.
¡¡¡ Qué suerte que no hay que hacer dieta para poder “empacharse” con los otros sentidos !!!.

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